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martes, 25 de diciembre de 2012
DOLOR DE GARGANTA / FARINGITIS Y AMIGDALITIS
El dolor de garganta, uno de los síntomas más comunes de la práctica médica, tanto en adultos como en niños, surge generalmente debido a un cuadro de faringitis y/oamigdalitis. En este texto, vamos a explicar las causas, los síntomas y el tratamiento contra el dolor de garganta.
Faringitis es el nombre dado a la inflamación de la faringe; amigdalitis es la inflamación de las amígdalas. Ambas presentan como principal síntoma el dolor de garganta. Como están anatómicamente próximas, es muy común que la faringe y las amígdalas se inflamen simultáneamente, un cuadro llamado de faringoamigdalitis. Pese a que se inflaman al mismo tiempo, algunas personas tienen predominantemente amigdalitis; mientras otras, faringitis.
La faringoamigdalitis puede ser causada por infecciones bacterianas o virales. La mayoría de los casos es de origen viral. Varios tipos de virus pueden causar faringitis y/o amigdalitis. La gripe es un ejemplo común de dolor de garganta de origen viral.
Las faringitis virales son procesos benignos que se resuelven espontáneamente, a diferencia de las faringitis o amigdalitis bacterianas, que pueden causar complicaciones, como abscesos y fiebre reumática. El dolor de garganta causado por bacterias debe ser siempre tratado con antibióticos.
¿Cómo distinguir una amigdalitis viral de una bacteriana?
La forma más correcta es a través de un examen llamado exudado faríngeo, que es la toma de una muestra realizada en el fondo de la garganta mediante el uso de un hisopo estéril. El análisis del material recogido por el hisopo logra identificar el agente infeccioso, sea una bacteria o un virus.
Pese a la ayuda del hisopo, existe un problema de orden práctico: la identificación del agente infeccioso demora por lo menos 48-72h. Por eso, muchas veces los médicos optan por iniciar el tratamiento basado en hallazgos clínicos. Incluso ya existen tests de laboratorio más rápidos para identificar las bacterias, pero no siempre resulta fácil recoger y enviar el material para su análisis.
Explicaremos a continuación cómo distinguir una faringitis viral de una faringitis bacteriana apenas con elementos clínicos.
Síntomas de la faringitis / Síntomas de la amigdalitis
Los síntomas de la amigdalitis/faringitis son:
Dolor de garganta.
Fiebre.
Dolores de cuerpo.
Dolor de cabeza.
Postración.
Todos los síntomas citados arriba son comunes tanto en infecciones virales como en bacterianas. Son necesarios, por lo tanto, otros elementos para distinguir unas de otras.
Normalmente las faringitis virales vienen acompañadas de otras señales de infección de las vías respiratorias, como tos, estornudos, constipación nasal, conjuntivitis y/o ronquidos. Las infecciones respiratorias de origen viral no suelen causar síntomas restringidos a la faringe o amígdala. Otra pisa es que en la faringitis viral, pese a que la garganta queda muy inflamada, no suele haber pus.
En cambio, las amigdalitis causadas por bacterias, además de no presentar los síntomas respiratorios descritos arriba, suelen causar puntos de pus en las amígdalas y aumento de los linfonodos (ganglios) del cuello. La faringitis bacteriana también puede causar edema de la úvula y petequias (puntos hemorrágicos) en el paladar. La fiebre de la infección bacteriana suele ser más alta que en el caso de la viral, sin embargo eso no es una regla, ya que existen casos de gripe con fiebre muy alta.
La presencia de pus y ganglios aumentados en la región del cuello habla muy a favor de una faringitis bacteriana. Entretanto, algunas infecciones virales, como la mononucleosis infecciosa también pueden desarrollarse con estos hallazgos.
Como se puede apreciar, la distinción entre faringitis virales y bacteriana es importante, ya que los tratamientos son diferentes. Si hubiese sospecha de faringitis viral, lo indicado es reposo, hidratación y medicamentos para aliviar síntomas. Si el cuadro sugiere faringitis bacteriana, debemos iniciar antibióticos con vistas no sólo a acelerar el proceso de cura, sino también la prevención de las complicaciones y de la transmisión a otras personas de la familia, principalmente aquellas con contacto íntimo y prolongado.
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