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jueves, 27 de diciembre de 2012

CAUSAS DE LA DEPRESIÓN


Así como sucede en diversas enfermedades psiquiátricas, no existe una causa única para la depresión, que parece ser provocada por la interacción de diversos factores, ya sean físicos o psicológicos.

Factores orgánicos responsables por la depresión

La depresión no ocurre sólo por problemas emocionales o psicológicos. Ya fueron reconocidos varios factores de riesgo y causas orgánicas para la depresión.

Genética

Las personas que tienen antecedentes familiares con depresión presentan un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, indicando que existe una vulnerabilidad a la depresión que puede ser heredada genéticamente. En realidad, tener familiares cercanos con otras enfermedades psiquiátricas, como síndrome de pánico, disturbios afectivos o incluso alcoholismo, también son factores de riesgo para la depresión.

Pese a los muchos estudios en el área, aún no se logran identificar los genes responsables por la vulnerabilidad a la depresión.

Pese a que la herencia genética es aparentemente un factor importante, por sí misma no es suficiente para desencadenar la depresión. Esto es fácilmente comprobado a través de estudios con hermanos gemelos idénticos, en los cuales se observó que existe concordancia en apenas un 40% de los casos. Otros factores más allá de la genética son necesarios para que la depresión surja.

Neurotransmisores

El cerebro humano es una estructura altamente compleja, cuyo funcionamiento depende de centenas de mediadores químicos. Sabemos hoy que buena parte de las enfermedades psiquiátricas están relacionadas a por lo menos cinco de estos neurotransmisores: noradrenalina, serotonina, dopamina, ácido gama aminobutírico (GABA) y acetilcolina.

La abundancia o falta de algunos de estos neurotransmisores en ciertas partes del cerebro pueden desencadenar graves disturbios psiquiátricos y neurológicos. Ejemplos: una falta de dopamina en determinadas áreas de la base del cerebro provoca la enfermedad de Parkinson. La enfermedad de Alzheimer parece estar relacionada con niveles bajos de acetilcolina en el cerebro.

La depresión tiene origen en el funcionamiento anormal de algunos de estos neurotransmisores, como la dopamina, serotonina, noradrenalina y GABA. Entre ellos, la serotonina parece tener el papel más relevante, estando habitualmente en niveles reducidos en pacientes con depresión.

Uso de drogas o alcohol

Las enfermedades que causan dependencia también están bajo la influencia de los neurotransmisores citados arriba. Las drogas y el alcohol ejercen sus efectos a través del aumento de la liberación de dopamina en el cerebro, lo cual provoca euforia y una sensación agradable. El problema es que el uso repetido de drogas y alcohol desensibiliza el sistema de la dopamina, haciendo que el mismo se acostumbre a la presencia de estas sustancias. Por eso, las personas adictas necesitan cada vez de más drogas y alcohol para alcanzar el mismo grado de satisfacción, pudiendo dejarlas deprimidas cuando están fuera del efecto de dichas sustancias. El cerebro se acostumbra a vivir con niveles cada vez más elevados de neurotransmisores estimulantes, con lo cual los niveles normales pasan a ser insuficientes para controla el humor del individuo.

Alteraciones del cerebro

Además de la reducción de la concentración de neurotransmisores, los pacientes con depresión crónica también presentan alteraciones en la anatomía del cerebro, como reducciones del volumen del lóbulo frontal y del hipocampo.

Los estudios de neuroimagen también evidencian alteraciones en el funcionamiento de varias áreas del cerebro en personas con depresión. Los investigadores descubrieron un área de córtex pre-frontal con una actividad anormalmente disminuida en pacientes con depresión. Esta región está relacionada con la respuesta emocional y tiene conexiones generalizadas con otras áreas del cerebro responsables por la regulación de neurotransmisores asociados al humor, como noradrenalina, dopamina y serotonina.

Enfermedades cerebrales

Es cada vez más aceptada la relación entre el accidente cerebrovascular (ACV) y el surgimiento de la depresión. Hoy en día sabemos que la depresión no es solamente causada por golpes psicológicos debido a las consecuencias perceptibles del ACV, como secuelas motoras o del habla. La propia lesión directa del cerebro a causa del derrame aumenta el riesgo del surgimiento de la depresión, incluso si las consecuencias del ACV no tienen gran efecto psicológico en el paciente.

Además del ACV, muchas otras enfermedades neurológicas aumentan el riesgo de depresión, entre ellas, Parkinson, Alzheimer, esclerosis múltiples, epilepsias, tumores del cerebro y traumatismos craneales.

Enfermedades crónicas

Los pacientes portadores de enfermedades crónicas también están más vulnerables a la aparición de la depresión. Las más comunes son: diabetes, enfermedades cardiacas, hipotiroidismo, SIDA, cirrosis, enfermedad inflamatoria intestinal, lupus, artritis reumatoide, fibromialgia, entre otras.

Factores psicológicos asociados a la depresión

El estrés emocional es un importante detonante para la aparición de la depresión. Muchas veces, un evento traumático es el factor que falta para que un individuo susceptible desarrolle un proceso depresivo.

Traumas en la infancia

Los traumas adquiridos en la infancia son un importante factor de riesgo para el desarrollo de la depresión. Entre los traumas están abusos, ausencia del padre, fallecimiento de un ser querido, agresiones o falta de afecto por parte de los padres.

Relaciones problemáticas con padres, hermanos y compañeros son comunes en niños y adolescentes con depresión. Los adultos con depresión también relatan poco desarrollo paterno y sobreprotección materna durante la primera infancia.

Niños que sufrieron bullyng (hostigamiento escolar) también están bajo un mayor riesgo de desarrollar depresión.

Estrés emocional

Pese a que el trastorno depresivo puede surgir sin cualquier factor emocional precipitante, el estrés y las pérdidas personales ciertamente aumentan el riesgo. Las pérdidas de personas amadas son factores de riesgo importante en los individuos más jóvenes. En los ancianos con muchos años de casados, la pérdida del esposo o de la esposa suele ser un evento desencadenante de depresión.

Dolor crónico, enfermedad crónica, incapacidad y enfermedades que dejan secuelas también pueden llevar a la depresión.

Aislamiento social, exceso de críticas y exigencias por parte de la familia, dificultad económica persistente, separación matrimonial o baja autoestima también son factores comunes.

Tener contacto cercano frecuente con alguien deprimido también aumenta el riesgo de depresión.

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