Música Clásica

sábado, 29 de diciembre de 2012

ANEMIA: SÍNTOMAS Y CAUSAS


La anemia es uno de los disturbios más frecuentes en la medicina. A pesar de ser una condición común, muchas veces es mal diagnosticada, mal tratada y casi siempre mal explicada a los pacientes. En este texto vamos a explicar qué es la anemia y cuáles son sus causas y síntomas.

¿Qué es la anemia?
Popularmente la anemia es conocida como «falta de sangre». En realidad, este concepto no está del todo equivocado, pero podemos ser un poco más precisos. Anemia es la reducción del número de glóbulos rojos (también llamados de hematíes o eritrocitos) en la sangre. Los hematíes son las células que transportan el oxígeno, llevándolo hacia todos los órganos y tejidos del cuerpo.

Para que resulte más fácil, vamos a explicar de qué está hecha la sangre:

La sangre puede ser dividida didácticamente en dos partes: plasma y células.

El plasma sanguíneo es la parte líquida correspondiente al 55% del volumen total de la sangre. El plasma es básicamente agua (92%), con algunos nutrientes diluidos, como proteínas, anticuerpos, encimas, glucosa, sales minerales, hormonas, etc.
El otro 45% de la sangre son compuestos por células: hematíes, leucocitos y plaquetas. De estas células, 99% son hematíes.

La anemia surge cuando el porcentaje de hematíes en la sangre queda reducido, dejándolo más diluido (las causas serán explicadas más adelante).

El diagnóstico de la anemia se hace básicamente por la medición de los hematíes en la sangre, realizada a través de un examen de sangre llamado hemograma . En la práctica, la medición de los hematíes se hace a través de los valores del hematocrito y de la hemoglobina.

Para entender cómo se diagnostica una anemia es necesario estar familiarizado con los términos hematocrito y hemoglobina.


¿Qué es el hematocrito y la hemoglobina?

Hematocrito

El hematocrito es el porcentaje de la sangre que es ocupado por los hematíes (glóbulos rojos). El hematocrito normal queda alrededor del 40%-45%, indicando que el 40%-45% de la sangre son compuestos por hematíes.

Los hematíes son producidos en la médula ósea y tienen una vida de apenas 120 días. Los hematíes viejos son destruidos por el bazo (órgano situado a la izquierda en nuestra cavidad abdominal). Eso significa que después de cuatro meses nuestros hematíes fueron, todos, renovados. La producción y la destrucción de los hematíes son constantes, de tal manera que se mantiene siempre un número estable de hematíes circulantes en la sangre.

Hemoglobina

La hemoglobina es una molécula portadora de hierro que se encuentra dentro del hematíe. La hemoglobina es el componente más importante del hematíe por ser la responsable por el transporte de oxígeno por la sangre.

El hierro es un elemento esencial de la hemoglobina. Las personas con carencia de hierro no logran producir hemoglobinas, que a su vez son necesarias para la producción de los hematíes. Por lo tanto, una disminución de las hemoglobinas obligatoriamente lleva a una disminución de los hematíes, es decir, a la anemia.

En la práctica, la medición de hemoglobina acaba siendo la más precisa en la evaluación de una anemia, ya que el hematocrito puede ser influido por una sangre más o menos diluida.

Diagnóstico de la anemia

El diagnóstico de la anemia se hace cuando los valores de la hemoglobina y del hematocrito están por debajo del valor de referencia:

Hematocrito normal= 42%-54% en los hombres o 35%-47% en las mujeres.

Hemoglobina normal= 13-17 g/dL en los hombres o 12-16 g/dL en las mujeres.

Por lo tanto, estamos frente a una anemia cuando los valores se encuentran debajo de lo indicado arriba. Es importante destacar que los valores de referencia pueden variar de un laboratorio a otro, y resultados un poco debajo de lo normal deben ser interpretados por su médico, ya que no necesariamente indican enfermedad. Las mujeres con gran flujo menstrual pueden tener valores menores que estos, sin causar daño alguno a la salud. Una leve anemia en las mujeres podría no tener relevancia clínica.


Causas de la anemia

La anemia tiene tres causas básicas:

Poca producción de hematíes por la médula ósea.
Elevada destrucción de hematíes por el cuerpo.
Pérdida de hematíes y hierro a través de sangrados.
EL CONCEPTO MÁS IMPORTANTE QUE DEBE SER APRENDIDO ES QUE LA ANEMIA NO ES UNA ENFERMEDAD, SINO UNA SEÑAL DE ENFERMEDAD. Al enfrentarse a un hemograma que evidencia una anemia, el médico debe investigar cuál de las tres causas mencionadas arriba es la responsable por el cuadro. No basta prescribir hierro y creer que con ello bastará.

Ejemplos de causas de anemia que no se resuelven apenas con reposición de hierro:

Un cáncer de intestino puede causar sangrados y pérdida de hematíes, generando anemia. Esta anemia es causada por la pérdida de sangre y, pese que el paciente realmente tiene carencia de hierro, una simple reposición no estancará el sangrado, ni tratará el tumor. En realidad, reponer hierro sin investigar la causa de la anemia puede mejorar los valores del hematocrito temporalmente, dando la falsa impresión de que el problema está resuelto, lo cual sólo atrasará el diagnóstico final.

Una infección que afecta a la médula ósea impide la producción de hematíes, causando anemia. La anemia, en este caso, ocurre por falta de producción de hematíes en la médula. Del mismo modo, reponer hierro no tratará la causa.

Un medicamento que sea tóxico para los hematíes y cause su destrucción antes de 120 días, también produce anemia. La anemia por rápida destrucción de los hematíes tampoco debe ser tratada con hierro.

Por lo tanto, el simple diagnóstico de anemia no cierra la investigación. Por el contrario, es apenas el primer paso para obtener el diagnóstico final. Si el paciente tiene una anemia, existe una causa detrás.

La reposición de hierro sólo está indicada en los casos de anemia por carencia de hierro, llamada de anemia ferropriva. Aun así, la reposición no elimina la necesidad de investigar lo que está causando la pérdida de hierro. El paciente puede perder sangre por úlceras en el estómago, tumores en el intestino, sangrado vaginal, etc.

Abajo, una demostración del número de enfermedades que pueden causar anemia y quedarían sin diagnóstico si no fuesen investigadas:

Neoplasias.
Insuficiencia renal.
Leucemias.
Linfomas.
Mieloma múltiple.
Enfermedades del tracto gastrointestinal.
Hipotiroidismo.
Deficiencias de vitaminas como B12 y ácido fólico.
Toxicidad de la médula ósea por drogas.
Enfermedad del hígado.
Infecciones.
Lupus.
Síndrome hemolítico urémico.
SIDA.
Alcoholismo.
Sangrado digestivo.

En realidad, cualquier enfermedad que curse con inflamación crónica puede inhibir la función de la médula ósea y cursar con la caída de los hematíes, una situación que llamamos de anemia de enfermedad crónica. Por lo tanto, cualquier enfermedad más dilatada puede causar anemia.

viernes, 28 de diciembre de 2012

HIPO EN BEBÉS


Más del 80% de los bebés presentan episodios frecuentes de hipo. En realidad, los bebés comienzan a presentar episodios de hipo desde que son fetos, dentro del útero. Se cree que los hipos son importantes para el desarrollo de los sistemas respiratorios de los fetos, sirviendo como ejercicios para el diafragma y otros músculos respiratorios.

Cuanto menos desarrollado es el sistema nervioso, más comunes serán las crisis de hipo. Los bebés prematuros tienen más hipo que los bebés nacidos dentro del tiempo habitual, que a su vez tienen más hipo que los bebés de más de 6 meses.

El hipo de los bebés causa mucha más incomodidad en los padres que en los propios bebés. El bebé con hipo no siente dolor ni se irrita. Los bebés no se incomodan con el hipo como los adultos.

¿Cómo evitar el hipo en los bebés?

Es imposible evitar que los bebés tengan hipo, principalmente los recién nacidos. Sin embargo, algunas sugerencias ayudan a minimizar las crisis.

El hipo en los bebés generalmente es desencadenado por la alimentación o por la disminución de la temperatura corporal. Los bebés que maman muy rápido y tragan mucho aire suelen tener más hipo. Trate de tener a su bebé siempre bien caliente y con la boca bien pegada al pecho materno para minimizar la aparición del hipo. Después de mamar, déjelo en posición vertical para que eructe y disminuya la cantidad de aire en el estómago.

No use las sugerencias para parar el hipo de los adultos en el caso de los bebés, ya que no funcionan y pueden hacerle mal. No los asuste, no presione sus globos aculares, no tire de su lengua y no apriete su fontanela (mollera). Recuerde que los bebés no se incomodan con el hipo, tenga paciencia que después de algunos minutos desaparecerá. Conforme el bebé va creciendo, las crisis se van tornando cada vez menos comunes.

El hipo en los bebés sólo causa preocupación si está impidiendo sus actividades habituales como dormir o alimentarse, o si persisten después de pasados algunos minutos. El hipo frecuente en bebés mayores de un año tampoco es habitual. En estos casos, mencióneselo al pediatra, quien le indicará lo que debe hacer para descubrir si hay algún problema detrás del hipo, como reflujo gastroesofágico, por ejemplo.

jueves, 27 de diciembre de 2012

HIPO: CAUSAS Y TRATAMIENTO



El hipo es el resultado de una súbita e involuntaria contracción del músculo diafragma, que está localizado entre el tórax y el abdomen, y es el principal músculo de la respiración. Gracias al movimiento del diafragma, logramos llenar y vaciar de aire nuestros pulmones.

El hipo surge cuando nuestro diafragma sufre una rápida e involuntaria contracción, de manera que nos hace aspirar aire. Como este movimiento respiratorio no es intencional, nuestras cuerdas vocales –también de forma involuntaria– se cierran súbitamente, impidiendo la entrada de aire, causando el conocido sonido del hipo.

El cierre de las cuerdas vocales impide la llegada del aire a los pulmones, de tal manera que, a veces, se va hacia el estómago. Por eso algunas personas tragan aire durante el hipo.

¿Cómo se clasifican los hipos?
La mayoría de los cuadros de hipo duran pocos minutos, desapareciendo espontáneamente o después de algunas prácticas, como beber agua helada o contener la respiración. En algunas personas, los hipos pueden demorar varios minutos en desaparecer.
Los hipos comunes raramente tienen algún significado clínico, sin que sea necesaria la evaluación médica.
Raras veces un episodio de hipo puede durar varias horas. Cuando el hipo demora más de 48 horas es llamado de hipo persistente. Cuando dura más de un mes se le denomina hipo intratable. Tanto el hipo persistente como el intratable son habitualmente causados por alguna enfermedad y deben ser siempre evaluados por un médico.

CAUSAS DEL HIPO

-Hipo común

No sabemos exactamente por qué surge el hipo simple, que dura pocos minutos y desaparece espontáneamente. Se supone que los hipos son causados por situaciones que de algún modo irritan el diafragma. En el 80% de los casos, los hipos ocurren por espasmos sólo en la porción izquierda del diafragma. No se sabe por qué ocurre eso.
Las situaciones que más frecuentemente desencadenan crisis de hipo son:
Comer mucho hasta quedar con el estómago muy lleno.
Comer muy rápido.
Cambios bruscos en la temperatura del cuerpo.
Estrés emocional.
Ansiedad.
Tragar aire.
Comidas con mucho picante.
Beber refrescos u otras bebidas gaseosas.
Beber alcohol.
Fumar.
Privación del sueño.
Fiebre.

La razón por la que las situaciones arriba mencionadas funcionan como un detonante para los hipos en algunas personas, y sólo en determinados momentos, también se desconoce. Si usted suele presentar hipo con frecuencia, trate de descubrir cuál es el detonante más común para evitarlo. A veces, pequeños cambios en los hábitos, como comer con más calma, son suficientes para disminuir la frecuencia con que surgen los ataques de hipo.

-Hipos persistentes o intratables

Los hipos que duran más de 48 horas pueden ser causados por una variedad de factores que son generalmente agrupados en las siguientes categorías:

A)Irritación de los nervios del diafragma.

Como cualquier músculo de nuestro cuerpo, el diafragma es controlado por nuestro cerebro, que envía sus órdenes a través del nervio frénico y del nervio vago. Las irritaciones de esos nervios pueden causar movimientos no deseados del diafragma, causando un cuadro de hipo prolongado. Las principales situaciones que pueden causar irritaciones de los nervios que sirven al diafragma son:

Reflujo gastroesofágico
Úlceras del estómago o duodeno.
Tumores en la región del tórax o del cuello.
Bocio .
Faringitis o amigdalitis .
Irritaciones del tímpano u objetos extraños dentro del oído.
Neumonía.
Pericarditis.

B)Enfermedades del sistema nervioso central

Algunas lesiones del cerebro pueden acometer el área que controla el movimiento del diafragma, llevando a hipos persistentes. Las principales causas son:

ACV.
Esclerosis múltiple.
Meningitis.
Tumores cerebrales.
Traumas craneales.

C)Alteraciones metabólicas

Las alteraciones en nuestro metabolismo, en los niveles de hormonas o de otras sustancias en la sangre, como electrolitos (sales minerales) y glucosa, también pueden llevar a cuadros de hipo prolongado. Las causas más comunes son:

Diabetes mal controlada.
Insuficiencia renal crónica.
Alteraciones de los niveles sanguíneos de potasio sodio o calcio.
Alcoholismo crónico.

D)Medicamentos

Algunos medicamentos están asociados a crisis de hipos prolongados, entre ellos:
Anestésicos usados en anestesias generales.
Corticoides.
Ansiolíticos de la clase benzodiacepínicos (diazepam, alprazolam, lorazepam).
Levodopa.
Nicotina.
Ondansetrona.
Alfametildopa.


¿Cómo parar el hipo? (¿Cómo quitar el hipo?)

Los hipos comunes no son considerados problemas médicos y no necesitan de tratamiento específico, ya que duran, habitualmente, pocos minutos, desapareciendo incluso sin que se haga nada.

Sin embargo, a nadie le gusta tener hipo y la mayoría de las personas acaba buscando una forma de abreviar las crisis. Como el hipo suele ocurrir por una irritación del diafragma o de sus nervios, algunas prácticas simples, que estimulen por lo menos una de esas dos estructuras, sirven para abortar las crisis.

Muchas de las soluciones caseras para el hipo realmente funcionan y presentan base científica. Por ejemplo:

Cuando tenemos un susto, aumentamos súbitamente la liberación de una hormona llamada adrenalina que, entre centenas de otras acciones, actúa directamente en la contracción del diafragma.

Cuando retenemos el aire y nos quedamos algunos segundos sin respirar, el nivel del gas carbónico (C02) en la sangre se eleva, lo cual es un fuerte estímulo para que el cerebro active los nervios del diafragma, obligándolo a contraerse.

Cuando bebemos agua helada, el nervio vago, que actúa sobre el diafragma, pero que también se enerva desde la garganta hasta el estómago, es estimulado por el cambio brusco de temperatura.

Otros consejos caseros para detener el hipo incluyen:

Gárgaras con agua helada.
Chupar hielo.
Beber agua caliente (cuidado con tomarla demasiado caliente y quemarse la boca).
Respirar dentro de una bolsa de papel.
Chupar limón.
Comer jengibre.
Tirar de la lengua.
Tocar la úvula (campanilla de la garganta) con un objeto, como por ejemplo una pajita o pajilla (conocida en otros países como bombilla, pitillo, caña, popote, etc.).
Ingerir una cucharada de azúcar o miel.
Doblar las rodillas y abrazar las piernas, comprimiendo el pecho.
Beber líquidos mientras se presiona la nariz.
Probar un poco de vinagre.

Cómo tratar hipos persistentes o intratables

Los hipos que duran más de 48 horas deben ser investigados, pues fatalmente son causados por algún problema médico. En estos casos, el tratamiento del hipo pasa por un tratamiento de la causa de base. Si el paciente tiene una infección de oído, el tratamiento es con antibióticos; si tiene niveles de sodio en la sangre muy bajos, la reposición de sodio hace que el hipo pare; si la causa es un medicamento, se debe suspender el medicamento, etc.

No obstante, no siempre el problema detrás del hipo persistente es fácilmente identificable. En otros casos, la enfermedad que causa el hipo no tiene un tratamiento específico, como en el de los pacientes que hayan tenido un ACV o un trauma craneal. Por lo tanto, muchas veces el médico necesita usar algunos medicamentos que inhiben el hipo, sin necesidad de actuar directamente en su causa. Algunos medicamentos usados para el hipo persistente son:

Clorpromazina (medicamento más usado y más estudiado para tratar el hipo).
Haloperidol.
Baclofen.
Metoclopramida.
Gabapendina.

Otras opciones para el control del hipo persistente son la acupuntura y la hipnosis.

En casos extremos –muy raros, por cierto–, la cirugía puede ser necesaria, con la implantación de un estimulador eléctrico en el diafragma, parecido con los marcapasos usados en el corazón.

CAUSAS DE LA DEPRESIÓN


Así como sucede en diversas enfermedades psiquiátricas, no existe una causa única para la depresión, que parece ser provocada por la interacción de diversos factores, ya sean físicos o psicológicos.

Factores orgánicos responsables por la depresión

La depresión no ocurre sólo por problemas emocionales o psicológicos. Ya fueron reconocidos varios factores de riesgo y causas orgánicas para la depresión.

Genética

Las personas que tienen antecedentes familiares con depresión presentan un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, indicando que existe una vulnerabilidad a la depresión que puede ser heredada genéticamente. En realidad, tener familiares cercanos con otras enfermedades psiquiátricas, como síndrome de pánico, disturbios afectivos o incluso alcoholismo, también son factores de riesgo para la depresión.

Pese a los muchos estudios en el área, aún no se logran identificar los genes responsables por la vulnerabilidad a la depresión.

Pese a que la herencia genética es aparentemente un factor importante, por sí misma no es suficiente para desencadenar la depresión. Esto es fácilmente comprobado a través de estudios con hermanos gemelos idénticos, en los cuales se observó que existe concordancia en apenas un 40% de los casos. Otros factores más allá de la genética son necesarios para que la depresión surja.

Neurotransmisores

El cerebro humano es una estructura altamente compleja, cuyo funcionamiento depende de centenas de mediadores químicos. Sabemos hoy que buena parte de las enfermedades psiquiátricas están relacionadas a por lo menos cinco de estos neurotransmisores: noradrenalina, serotonina, dopamina, ácido gama aminobutírico (GABA) y acetilcolina.

La abundancia o falta de algunos de estos neurotransmisores en ciertas partes del cerebro pueden desencadenar graves disturbios psiquiátricos y neurológicos. Ejemplos: una falta de dopamina en determinadas áreas de la base del cerebro provoca la enfermedad de Parkinson. La enfermedad de Alzheimer parece estar relacionada con niveles bajos de acetilcolina en el cerebro.

La depresión tiene origen en el funcionamiento anormal de algunos de estos neurotransmisores, como la dopamina, serotonina, noradrenalina y GABA. Entre ellos, la serotonina parece tener el papel más relevante, estando habitualmente en niveles reducidos en pacientes con depresión.

Uso de drogas o alcohol

Las enfermedades que causan dependencia también están bajo la influencia de los neurotransmisores citados arriba. Las drogas y el alcohol ejercen sus efectos a través del aumento de la liberación de dopamina en el cerebro, lo cual provoca euforia y una sensación agradable. El problema es que el uso repetido de drogas y alcohol desensibiliza el sistema de la dopamina, haciendo que el mismo se acostumbre a la presencia de estas sustancias. Por eso, las personas adictas necesitan cada vez de más drogas y alcohol para alcanzar el mismo grado de satisfacción, pudiendo dejarlas deprimidas cuando están fuera del efecto de dichas sustancias. El cerebro se acostumbra a vivir con niveles cada vez más elevados de neurotransmisores estimulantes, con lo cual los niveles normales pasan a ser insuficientes para controla el humor del individuo.

Alteraciones del cerebro

Además de la reducción de la concentración de neurotransmisores, los pacientes con depresión crónica también presentan alteraciones en la anatomía del cerebro, como reducciones del volumen del lóbulo frontal y del hipocampo.

Los estudios de neuroimagen también evidencian alteraciones en el funcionamiento de varias áreas del cerebro en personas con depresión. Los investigadores descubrieron un área de córtex pre-frontal con una actividad anormalmente disminuida en pacientes con depresión. Esta región está relacionada con la respuesta emocional y tiene conexiones generalizadas con otras áreas del cerebro responsables por la regulación de neurotransmisores asociados al humor, como noradrenalina, dopamina y serotonina.

Enfermedades cerebrales

Es cada vez más aceptada la relación entre el accidente cerebrovascular (ACV) y el surgimiento de la depresión. Hoy en día sabemos que la depresión no es solamente causada por golpes psicológicos debido a las consecuencias perceptibles del ACV, como secuelas motoras o del habla. La propia lesión directa del cerebro a causa del derrame aumenta el riesgo del surgimiento de la depresión, incluso si las consecuencias del ACV no tienen gran efecto psicológico en el paciente.

Además del ACV, muchas otras enfermedades neurológicas aumentan el riesgo de depresión, entre ellas, Parkinson, Alzheimer, esclerosis múltiples, epilepsias, tumores del cerebro y traumatismos craneales.

Enfermedades crónicas

Los pacientes portadores de enfermedades crónicas también están más vulnerables a la aparición de la depresión. Las más comunes son: diabetes, enfermedades cardiacas, hipotiroidismo, SIDA, cirrosis, enfermedad inflamatoria intestinal, lupus, artritis reumatoide, fibromialgia, entre otras.

Factores psicológicos asociados a la depresión

El estrés emocional es un importante detonante para la aparición de la depresión. Muchas veces, un evento traumático es el factor que falta para que un individuo susceptible desarrolle un proceso depresivo.

Traumas en la infancia

Los traumas adquiridos en la infancia son un importante factor de riesgo para el desarrollo de la depresión. Entre los traumas están abusos, ausencia del padre, fallecimiento de un ser querido, agresiones o falta de afecto por parte de los padres.

Relaciones problemáticas con padres, hermanos y compañeros son comunes en niños y adolescentes con depresión. Los adultos con depresión también relatan poco desarrollo paterno y sobreprotección materna durante la primera infancia.

Niños que sufrieron bullyng (hostigamiento escolar) también están bajo un mayor riesgo de desarrollar depresión.

Estrés emocional

Pese a que el trastorno depresivo puede surgir sin cualquier factor emocional precipitante, el estrés y las pérdidas personales ciertamente aumentan el riesgo. Las pérdidas de personas amadas son factores de riesgo importante en los individuos más jóvenes. En los ancianos con muchos años de casados, la pérdida del esposo o de la esposa suele ser un evento desencadenante de depresión.

Dolor crónico, enfermedad crónica, incapacidad y enfermedades que dejan secuelas también pueden llevar a la depresión.

Aislamiento social, exceso de críticas y exigencias por parte de la familia, dificultad económica persistente, separación matrimonial o baja autoestima también son factores comunes.

Tener contacto cercano frecuente con alguien deprimido también aumenta el riesgo de depresión.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

¿QUE ES LA DEPRESIÓN?




La depresión es una enfermedad psiquiátrica crónica, extremamente común, caracterizada por una alteración del humor del paciente, dejándolo más triste de lo normal, desanimado, sin energía, con baja autoestima y con dificultad de lidiar con su vida personal y profesional.

La depresión fue una enfermedad muy mal comprendida durante décadas, lo que llevó a interpretaciones equivocadas sobre sus causas y síntomas, provocando una estigmatización de sus portadores. Hasta hoy, es común encontrarnos con personas deprimidas que no aceptan su diagnóstico o familiares/amigos que tratan al paciente deprimido como alguien mentalmente débil, incapaz de superar las dificultades de la vida. No se debe tratar al paciente deprimido como alguien simplemente triste, incapaz de reaccionar.

Más que un simple ataque de tristeza, la depresión no es una debilidad o falta de disciplina, ni es algo que el paciente pueda simplemente resolver sólo por voluntad propia. Para el deprimido, dejar de estar triste no es como lo que le sucede al fumador, que pretende dejar el cigarrillo. No es cuestión de tomar una decisión y mantenerse fiel a ella. La depresión es una enfermedad crónica que generalmente requiere tratamiento a largo plazo, como son las diabetes o la hipertensión. Así como nadie deja de ser diabético sólo por fuerza de voluntad y pensamiento positivo, la depresión también necesita ayuda médica para ser controlada.

La depresión puede surgir en cualquier fase de la vida, dese la infancia hasta la tercera edad. Es una enfermedad tan común que se estima que el 12% de los hombres y hasta el 25% de las mujeres presentan algún grado de depresión a lo lado de sus vidas.

La depresión es dos veces más común en mujeres que en hombres y es más común en adultos jóvenes que en los ancianos.

DIFERENCIA ENTRE TRISTEZA Y DEPRESIÓN:

El término deprimido es muchas veces usado como sinónimo de triste. Tristeza y depresión son cosas diferentes. En realidad, la tristeza suele ser uno de los síntomas de la depresión, pero no basta para su diagnóstico.

La tristeza es una reacción normal y esperada para muchas situaciones, como la muerte de un ser querido, el fin de una relación amorosa, pérdida del empleo, etc. Es completamente normal que el individuo pase algunos días o semanas tristes después de situaciones de pérdida. Esto no es depresión.

Para ser depresión, el cuadro de tristeza tiene que ser prolongado y por encima de lo normal, lo suficiente como para interferir en las actividades diarias de la persona, reduciendo la capacidad de cuidar de sí mismo, afectando las relaciones, perjudicando sus atribuciones profesionales, etc. Si usted pierde un pariente y se siente triste por semanas, eso es normal. Pero si la tristeza es tan intensa que muchas semanas después de la pérdida usted aún no logró retomar su vida en las cosas básicas, como trabajar, mantener la higiene personal, cuidar de la casa, entonces eso puede ser depresión.

En la tristeza, el individuo suele presentar periodos de mejoría a lo largo del día, logrando olvidar por momentos la causa de su tristeza, como, por ejemplo, durante la visita de una persona querida. En la depresión, el sentimiento es continuo y no se alivia con la ayuda de los demás. La depresión suele también provocar un sentimiento de culpa, pero sin motivo aparente. El deprimido siente una pesada culpa, pero no sabe explicar bien por qué.

Vale destacar que el paciente deprimido no siempre presenta ante los amigos y la familia el clásico comportamiento de tristeza excesiva. La depresión puede ser más sutil, manifestándose como pérdida del interés en actividades que antes eran placenteras, ausencia de planes para el futuro, alteraciones del padrón del sueño, aislamiento social y baja autoestima. Para estar deprimido, no es necesario pasar el día entero en cama, llorando.

La tristeza siempre tiene una causa, la depresión no. Obviamente, el fallecimiento de una persona próxima puede desencadenar una depresión, pero no siempre las situaciones tristes necesitan ocurrir para que el individuo inicie un cuadro de depresión.

martes, 25 de diciembre de 2012

DOLOR DE GARGANTA / FARINGITIS Y AMIGDALITIS (PARTE 2)


Complicaciones de las faringitis / amigdalitis bacterianas

Entre las complicaciones de las faringitis bacterianas, la principal es la fiebre reumática, que ocurre principalmente en jóvenes y niños. 

La escarlatina es una enfermedad causada por una infección por medio de la bacteria Streptococcus. Se presenta como faringitis, fiebre y rash difuso. 

La glomerulonefritis postestreptocócica es una lesión renal también causada por la misma bacteria Streptococcus. Suele acompañarse de hipertensión, presencia de sangre en la orina  e insuficiencia renal aguda. 

Tratamiento de la amigdalitis / Tratamiento de la faringitis

Para evitar las complicaciones de las amigdalitis bacterianas descritas arriba, el tratamiento debe ser siempre hecho con antibióticos. En la mayoría de los casos, en 48 horas ya hay una buena mejoría de los síntomas. 

El tratamiento con antibióticos derivados de la penicilina, como amoxicilina, debe realizarse por 10 días. En los pacientes alérgicos a la penicilina una opción es la Azitromicina por 5 días. En aquellos enfermos con un intenso edema de la faringe, que no logran tragar comprimidos, o en aquellos que no desean tomar medicamentos por varios días, una opción es la inyección intramuscular de penicilina Benzatina, el famoso Benzetacil, administrado en dosis única. (1.2 millones de unidades)

Si los síntomas de la faringitis bacteriana fueran muy fuertes, mientras se espera el efecto de los antibióticos, puede usarse antiinflamatorios para aliviar la inflamación de la garganta. Pero atención: los antiinflamatorios son apenas medicamentos para aliviar síntomas, no tratan la infección bacteriana. 

Las faringitis virales normalmente duran apenas cuatro o cinco días y se curan por sí solas. No es necesario, ni es indicado, el uso de antibióticos. Si los síntomas fuesen muy incómodos, puede usarse antiinflamatorios por dos o tres días. El resto es reposo y buena hidratación.

Tratamientos alternativos:

Miel: no existe ningún trabajo que haya conseguido demostrar el beneficio de la miel. 

Quien quiera alivio sintomático sin tomar muchos medicamentos, lo ideal es realizar varias gárgaras diarias con agua tibia y una pizca de sal. 

La retirada de las amígdalas (amigdalectomia) es una opción en los niños que presentan más de seis episodios de faringitis estreptocócica por año. Como la incidencia de las complicaciones es mucho menor en adultos, en este grupo la indicación de amigdalectomia es más discutida, pues existe la posibilidad de no conseguir una mejoría, haciendo apenas que el paciente deje de tener crisis de amigdalitis y pase a tener crisis de faringitis, lo que al final da lo mismo. 

En pacientes con infecciones de garganta de repetición pueden formarse criptas (pequeños agujeros) en las amígdalas. Éstas acumulan cáseo (o caseum), una sustancia amarillenta, parecida a la pus, que es en realidad restos celulares de procesos inflamatorios antiguos. El cáseo puede causar mal aliento en personas con amigdalitis/faringitis crónica. 

DOLOR DE GARGANTA / FARINGITIS Y AMIGDALITIS



El dolor de garganta, uno de los síntomas más comunes de la práctica médica, tanto en adultos como en niños, surge generalmente debido a un cuadro de faringitis y/oamigdalitis. En este texto, vamos a explicar las causas, los síntomas y el tratamiento contra el dolor de garganta. 

Faringitis es el nombre dado a la inflamación de la faringe; amigdalitis es la inflamación de las amígdalas. Ambas presentan como principal síntoma el dolor de garganta. Como están anatómicamente próximas, es muy común que la faringe y las amígdalas se inflamen simultáneamente, un cuadro llamado de faringoamigdalitis. Pese a que se inflaman al mismo tiempo, algunas personas tienen predominantemente amigdalitis; mientras otras, faringitis. 

La faringoamigdalitis puede ser causada por infecciones bacterianas o virales. La mayoría de los casos es de origen viral. Varios tipos de virus pueden causar faringitis y/o amigdalitis. La gripe es un ejemplo común de dolor de garganta de origen viral. 

Las faringitis virales son procesos benignos que se resuelven espontáneamente, a diferencia de las faringitis o amigdalitis bacterianas, que pueden causar complicaciones, como abscesos y fiebre reumática. El dolor de garganta causado por bacterias debe ser siempre tratado con antibióticos.

¿Cómo distinguir una amigdalitis viral de una bacteriana?

La forma más correcta es a través de un examen llamado exudado faríngeo, que es la toma de una muestra realizada en el fondo de la garganta mediante el uso de un hisopo estéril. El análisis del material recogido por el hisopo logra identificar el agente infeccioso, sea una bacteria o un virus. 

Pese a la ayuda del hisopo, existe un problema de orden práctico: la identificación del agente infeccioso demora por lo menos 48-72h. Por eso, muchas veces los médicos optan por iniciar el tratamiento basado en hallazgos clínicos. Incluso ya existen tests de laboratorio más rápidos para identificar las bacterias, pero no siempre resulta fácil recoger y enviar el material para su análisis.

Explicaremos a continuación cómo distinguir una faringitis viral de una faringitis bacteriana apenas con elementos clínicos. 

Síntomas de la faringitis / Síntomas de la amigdalitis

Los síntomas de la amigdalitis/faringitis son:

Dolor de garganta.
Fiebre. 
Dolores de cuerpo.
Dolor de cabeza.
Postración. 

Todos los síntomas citados arriba son comunes tanto en infecciones virales como en bacterianas. Son necesarios, por lo tanto, otros elementos para distinguir unas de otras.

Normalmente las faringitis virales vienen acompañadas de otras señales de infección de las vías respiratorias, como tos, estornudos, constipación nasal, conjuntivitis y/o ronquidos. Las infecciones respiratorias de origen viral no suelen causar síntomas restringidos a la faringe o amígdala. Otra pisa es que en la faringitis viral, pese a que la garganta queda muy inflamada, no suele haber pus. 

En cambio, las amigdalitis causadas por bacterias, además de no presentar los síntomas respiratorios descritos arriba, suelen causar puntos de pus en las amígdalas y aumento de los linfonodos (ganglios) del cuello. La faringitis bacteriana también puede causar edema de la úvula y petequias (puntos hemorrágicos) en el paladar. La fiebre de la infección bacteriana suele ser más alta que en el caso de la viral, sin embargo eso no es una regla, ya que existen casos de gripe con fiebre muy alta. 
 
La presencia de pus y ganglios aumentados en la región del cuello habla muy a favor de una faringitis bacteriana. Entretanto, algunas infecciones virales, como la mononucleosis infecciosa también pueden desarrollarse con estos hallazgos. 

Como se puede apreciar, la distinción entre faringitis virales y bacteriana es importante, ya que los tratamientos son diferentes. Si hubiese sospecha de faringitis viral, lo indicado es reposo, hidratación y medicamentos para aliviar síntomas. Si el cuadro sugiere faringitis bacteriana, debemos iniciar antibióticos con vistas no sólo a acelerar el proceso de cura, sino también la prevención de las complicaciones y de la transmisión a otras personas de la familia, principalmente aquellas con contacto íntimo y prolongado.