La apendicitis (inflamación del apéndice) requiere atención médica inmediata, por lo que es importante aprender a reconocer sus síntomas y saberlos distinguir de los de un dolor de estomago común y corriente a fin de poder solicitar atención medica de inmediato.
Los síntomas de la apendicitis comienzan con febrícula y dolor alrededor del ombligo, y pueden ir acompañados de vómitos, diarrea o estreñimiento. El dolor suele empeorar y desplazarse hacia la parte inferior derecha del abdomen.
. Cuanto antes se detecta una apendicitis, más fácil resulta su tratamiento.
Sobre la apendicitis
El apéndice es un órgano del tamaño de un dedo que está adosado al intestino grueso en la parte inferior derecha del abdomen. El interior del apéndice es una especie de callejón sin salida que generalmente conecta con el intestino grueso. Cuando la salida al intestino grueso se obstruye, el apéndice se hincha y es fácil que se infecte con las bacterias contenidas en las heces.
Si el apéndice infectado no se extirpa, puede reventar y diseminar las bacterias y la infección por todo el abdomen, lo que puede generar graves problemas de salud.
La apendicitis afecta mucho más a menudo a niños de edades comprendidas entre los 11 y los 20 años, y es muy poco frecuente en lactantes y niños pequeños. Los antecedentes familiares de apendicitis pueden incrementar el riesgo de padecer esta afección, sobre todo en el sexo masculino.
Síntomas
Consulte con su medico inmediatamente si presenta síntomas de apendicitis, que incluyen los siguientes:
■ Dolor abdominal considerable, sobre todo alrededor del ombligo o en la parte inferior derecha del abdomen (es posible que al principio el dolor sea intermitente y luego se vuelva constante y agudo).
■ Febrícula.
■ Pérdida del apetito.
■ Nauseas y vómitos.
■ Diarrea (especialmente en pequeñas cantidades y con mucosidad).
■ Orinar frecuentemente y/o tener una necesidad urgente y anómala de orinar.
■ Abdomen hinchado y distendido, especialmente en lactantes y niños pequeños.
No hay forma posible de prevenir la apendicitis, pero con las sofisticadas pruebas de diagnóstico que existen en la actualidad y los antibióticos, la mayoría de los casos se identifican y se tratan sin complicaciones.
Si la apendicitis no se trata, el apéndice inflamado se puede reventar al cabo de 24 a 72 horas de la aparición de los síntomas. Si el apéndice se revienta, el dolor se puede extender por todo el abdomen y la fiebre puede subir considerablemente, alcanzando los 40º C.
Los síntomas de la apendicitis pueden variar en función de la edad del niño. En los niños de dos años o menos, los síntomas mas frecuentes son los vómitos y un abdomen hinchado o distendido, acompañados de dolor.
Si sospecha que su hijo padece apendicitis, llame al pediatra inmediatamente y no le dé al niño analgésicos (medicamentos para aliviar el dolor), alimentos ni bebidas, a menos que se lo indique el pediatra.
Diagnóstico
Debido a que los síntomas de la apendicitis pueden ser similares a los de otras afecciones médicas, el diagnóstico de apendicitis suele ser un desafío para los médicos.
Para confirmar o descartar una apendicitis, el medico explorará el abdomen del paciente para detectar signos de dolor o áreas sensibles al tacto, y también solicitará análisis de sangre y de orina, radiografías de abdomen y tórax y una tomografía axial computarizada (TAC) de la zona abdominal.
Si el pediatra sospecha que su hijo padece apendicitis, es posible que le pida que deje de darle alimentos y bebidas a fin de prepararlo para una intervención quirúrgica.
Tratamiento
La apendicitis se trata extirpando el apéndice inflamado mediante una apendicectomía. Los cirujanos pueden hacer una incisión tradicional en el abdomen o bien utilizar un pequeño instrumento denominado laparoscopio que permite hacer un orificio bastante menor en el abdomen. La apendicectomía suele requerir de dos a tres días de internamiento hospitalario.
Antes y después de la intervención quirúrgica, la administración de líquidos y antibióticos por vía intravenosa (VI) ayuda a prevenir posibles complicaciones y a reducir el riesgo de que la herida se infecte tras la intervención. En caso necesario, su hijo también recibirá analgésicos (medicamentos para aliviar el dolor).
Si un apéndice infectado revienta, también deberá extirparse quirúrgicamente, pero es posible que la intervención requiera un internamiento hospitalario más prolongado para que los antibióticos puedan eliminar todas las bacterias que se hayan extendido por el cuerpo del paciente.
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