Música Clásica

viernes, 4 de enero de 2013

TRASTORNOS DE ANSIEDAD



Los trastornos de ansiedad son problemas de salud mental que se relacionan con experimentar en exceso ansiedad, miedo, nerviosismo, preocupación o terror. La ansiedad demasiado constante o demasiado intensa puede hacer que una persona se sienta preocupada, distraída, tensa y siempre alerta.
Los trastornos de ansiedad se encuentran entre los problemas de salud mental más comunes. Afectan a personas de todas las edades, incluidos los adultos, niños y adolescentes. Hay muchos diferentes tipos de trastornos de ansiedad, con síntomas diferentes. Sin embargo, todos tienen una cosa en común: la ansiedad se presenta con demasiada frecuencia, es demasiado intensa, es desproporcionada respecto a la situación del momento e interfiere en la vida diaria de la persona y en su felicidad.
Los síntomas del trastorno de ansiedad pueden presentarse de repente o aumentar poco a poco y persistir hasta que la persona empieza a darse cuenta de que no está bien. A veces la ansiedad crea una sensación de fatalidad y aprensión que parece producirse sin ninguna razón. Es habitual en los que sufren de trastorno de ansiedad no saber qué está causando las emociones, preocupaciones y sensaciones que tienen.
Los diferentes trastornos de ansiedad se denominan con nombres que reflejan sus síntomas específicos:
  • Ansiedad generalizada. Este común trastorno de ansiedad hace que una persona se preocupe excesivamente sobre muchas cosas. Alguien con ansiedad generalizada se preocupa excesivamente sobre la escuela, la salud, la seguridad de sus familiares y el futuro. Puede que siempre piense en lo peor que puede ocurrir.

    Además de la preocupación y el terror, las personas con ansiedad generalizada tienen síntomas físicos, como dolor en el pecho, dolor de cabeza, cansancio, tensión muscular, dolor de estómago y vómitos. La ansiedad generalizada puede llevar a que una persona falte a la escuela o evite actividades sociales. En la ansiedad generalizada, las preocupaciones se sienten como una carga, haciendo que la vida se viva como algo agobiante o con una sensación de no tener control.
  • Trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Para una persona con TOC, la ansiedad toma la forma de obsesiones (pensamientos negativos) y compulsiones (acciones para intentar aliviar la ansiedad).
  • Fobias. Son temores intensos a situaciones específicas o a cosas que no son realmente peligrosas, como las alturas, los perros o caerse en un avión. Las fobias normalmente hacen que las personas eviten las cosas que le provocan miedo.
  • Fobia social (ansiedad social). Esta intensa ansiedad se desencadena por situaciones sociales o por hablar delante de otros. Una forma extrema llamada mutismo selectivo provoca que los niños y los adolescentes tengan demasiado miedo como para hablar en ciertas situaciones.
  • Crisis de angustia. Estos episodios de ansiedad pueden ocurrir sin una razón aparente. Una persona que sufre una crisis de angustia tiene síntomas físicos repentinos e intensos que pueden incluir palpitaciones, sensación de ahogo o falta de aliento, mareo, entumecimiento o sensación de hormigueo causados por una hiperactividad de las respuestas normales del organismo ante el miedo. La agorafobia es un intenso miedo a los ataques de pánico que hace que la persona evite ir a cualquier lugar donde sea posible que sufra un ataque de pánico.
  • Trastorno de estrés postraumático (TEPT). Este tipo de trastorno de ansiedad es consecuencia de una experiencia del pasado traumática o aterradora. Los síntomas incluyen recurrencia de recuerdos de la experiencia, pesadillas y temor constante después del acontecimiento.

Cómo afectan los trastornos de ansiedad a las personas

Para las personas que sufren trastornos de ansiedad, los síntomas pueden sentirse extraños y provocarles confusión al principio. Para algunos, las sensaciones físicas pueden ser fuertes e inquietantes. Para otros los sentimientos de miedo y fatalidad pueden presentarse sin ninguna razón aparente que pueda hacerles sentirse asustados, desprotegidos o en guardia. Las preocupaciones constantes pueden hacer que una persona se sienta abrumada por cualquier pequeña cosa. Todo esto puede afectar a la concentración, la confianza, el sueño, el hambre y el aspecto.
Las personas con trastornos de ansiedad pueden evitar hablar de sus preocupaciones, creyendo que los demás podrían no entenderlos. Quizá teman ser juzgados injustamente, o que se les considere débiles o temerosos. Aunque los trastornos de ansiedad son comunes, las personas que los sufren pueden sentirse incomprendidas o solas.
Algunas personas con trastornos de ansiedad pueden culpabilizarse. Tal vez se sientan incómodas o avergonzadas, o piensen erróneamente que la ansiedad es una debilidad o un defecto personal. La ansiedad puede hacer que la gente evite ir a lugares o realizar actividades que les gustan.
La buena noticia es que en la actualidad los médicos entienden los trastornos de ansiedad mejor que antes y, con tratamiento, una persona puede sentirse mejor.

¿Qué causa los trastornos de ansiedad?

Los expertos no saben exactamente qué causa los trastornos de ansiedad. Parece que hay varios aspectos que intervienen, como la genética, la bioquímica del cerebro, una respuesta hiperactiva de lucha o huida, circunstancias estresantes de la vida y comportamiento aprendido.
Alguien que tenga un familia con un trastorno de ansiedad tiene una probabilidad mayor de de desarrollarlo también. Esto puede estar relacionado con los genes que afectan la química del cerebro y la regulación de unas sustancias químicas que se denominan neurotransmisores. Pero no todo el mundo que tiene familiares con un trastorno de ansiedad desarrollará problemas de ansiedad.
Las cosas que le ocurren a una persona en la vida pueden favorecer la aparición de los trastornos de ansiedad. Los terribles acontecimientos traumáticos que causan el TEPT son un buen ejemplo.
Criarse en una familia donde otros tienen miedo o están ansiosos puede "enseñar" a un niño a ver el mundo como un lugar peligroso. Del mismo modo, si una persona crece en un ambiente que es realmente peligroso (si hay violencia en la familia del niño o en la comunidad, por ejemplo), aprenderá a tener miedo o a esperar lo peor.
Aunque todo el mundo experimenta una ansiedad normal en ciertas situaciones, la mayoría de las personas —incluso las que experimentan situaciones traumáticas— no desarrollan trastornos de ansiedad. Y las personas que desarrollan trastornos de ansiedad pueden encontrar alivio con un tratamiento y cuidados adecuados. Pueden aprender maneras de manejar la ansiedad y sentirse más relajados y en paz.

¿Cómo se tratan los trastornos de ansiedad?

Para el tratamiento de los trastornos de ansiedad se debe acudir a profesionales de salud mental o a terapeutas. Un terapeuta puede estudiar los síntomas que presenta una persona, diagnosticar el trastorno de ansiedad específico e idear un plan para ayudar a que la persona encuentre alivio.
A menudo se utiliza un tipo concreto de psicoterapia que se conoce como terapia cognitivo-conductual (TCC). En la terapia cognitivo-conductual una persona aprende nuevas maneras de pensar y actuar en situaciones que pueden causar ansiedad y cómo manejar y enfrentarse al estrés. El terapeuta proporciona apoyo y orientación y enseña nuevas habilidades de afrontamiento, como técnicas de relajación o ejercicios de respiración. A veces, pero no siempre, se utiliza medicación como parte del tratamiento para la ansiedad.

Qué hacer?

Tratar el problema puede ayudar a que la persona se sienta que es otra vez ella misma, que se encuentra relajada y preparada para las cosas buenas de la vida. Alguien que esté experimentando un trastorno de ansiedad debería:
  • Hablar con alguno de sus padres o con otro adulto sobre sus sensaciones físicas, preocupaciones y temores. Como los trastornos de ansiedad no desaparecen a menos que se traten, es importante decírselo a alguien que pueda ayudar. Si tus padres no te entienden, habla con un consejero escolar, con un religioso o con otro adulto en quien confíes.
  • Acude a hacerte una revisión. Ve a ver a un médico que te asegure que no hay ningún problema físico que pueda estar causando los síntomas.
  • Trabaja con un profesional de salud mental. Pide a un médico, enfermera o consejero escolar que te recomienden a alguien que pueda tratar problemas de ansiedad. Averiguar qué está causando los síntomas puede ser un gran alivio.
  • Haz ejercicio de manera regular y come y duerme bien. Esto proporcionará a tu cuerpo y tu cerebro el combustible y el tiempo necesario para recargarse.
Intenta ser paciente y mantenerte positivo. Puede que tardes un tiempo en sentirte mejor y en encontrar el valor para enfrentar tus miedos. Pero abandonar la preocupación dejará más espacio para que experimentes mayor felicidad y diversión.



¿QUE ES LA ANSIEDAD?


Es completamente normal preocuparse cuando las cosas se ponen estresantes y complicadas. Pero si las preocupaciones se vuelven abrumadoras, puedes sentir que están dirigiendo tu vida. Si pasas demasiado tiempo preocupado o nervioso, o si tienes dificultades para dormir por la ansiedad, presta atención a tus pensamientos y sentimientos. Pueden ser síntomas de un problema o un trastorno de ansiedad.

La ansiedad es una reacción humana natural que afecta a la mente y al cuerpo. Tiene una importante función básica de supervivencia: la ansiedad es un sistema de alarma que se activa cuando una persona percibe un peligro o una amenaza.

Cuando el cuerpo y la mente reaccionan al peligro o la amenaza, una persona siente sensaciones físicas de ansiedad: cosas como la aceleración del ritmo cardíaco y respiratorio, tensión muscular, las palmas de las manos que sudan, un malestar en el estómago y temblor en las manos y las piernas. Estas sensaciones son parte de la respuesta del cuerpo de "huir o luchar". Están provocadas por un aumento de la producción de adrenalina y otras sustancias químicas que preparan al cuerpo para escapar rápidamente del peligro. Pueden presentarse como síntomas leves o extremos.
La respuesta de lucha o huida ocurre instantáneamente cuando una persona siente una amenaza. Pocos segundos después, la parte del cerebro encargada de pensar (la corteza) empieza a procesar la situación y a evaluar si la amenaza es real, y en tal caso, cómo manejarla. Si la corteza envía la señal de no hay peligro, la respuesta de lucha o huida se desactiva y el sistema nervioso puede relajarse.
Si la mente razona que una amenaza puede durar, los sentimientos de ansiedad se prolongan, manteniendo alerta a la persona. Las sensaciones físicas, como la respiración rápida u superficial, las palpitaciones, la tensión muscular y el sudor en las palmas pueden continuar también.

Ansiedad normal

Todo el mundo experimenta sentimientos de ansiedad de vez en cuando. La ansiedad puede describirse como un sentimiento de inquietud, nerviosismo, preocupación, temor o pánico por lo que está a punto de ocurrir o puede ocurrir. Mientras que el miedo es la emoción que sentimos en presencia de una amenaza, la ansiedad es una sensación de un peligro, problema o amenaza que está por suceder.
Los sentimientos de ansiedad pueden ser leves o intensos (o intermedios entre ambos extremos), dependiendo de la persona y de la situación. La ansiedad leve puede sentirse como inquietud o nerviosismo. La ansiedad más intensa puede sentirse como miedo, terror o pánico. La preocupación y los sentimientos de tensión y estrés son formas de ansiedad. También lo son el miedo escénico o la timidez ante la posibilidad de conocer a gente nueva.
Es natural que ante situaciones nuevas, desconocidas o que suponen un desafío se produzcan sentimientos de ansiedad y nerviosismo. Tener que enfrentar un examen, una fecha especial o una presentación importante para la escuela puede desencadenar una ansiedad normal. Aunque estas situaciones no representan una verdadera amenaza para la seguridad de la persona, pueden hacer que alguien se sienta "amenazado" por la posible vergüenza, preocupado por cometer un error, por adaptarse a la situación, por atrancarse con las palabras, por ser aceptado o rechazado o por perder su orgullo. Las sensaciones físicas —como las palpitaciones, las manos sudorosas o las molestias en el estómago— pueden también estar presentes en la ansiedad normal.
Como la ansiedad hace que una persona se ponga en alerta, se concentre y se prepare para enfrentar posibles problemas, la ansiedad puede ayudarnos a hacerlo lo mejor posible en situaciones que requieren nuestra actuación. Pero la ansiedad que es demasiado fuerte puede impedir que demos lo mejor de nosotros. Demasiada ansiedad puede hacer que una persona se sienta abrumada, cohibida e incapaz de hacer lo que necesita hacer.


jueves, 3 de enero de 2013

SÍNDROME DE MÜNCHAUSEN POR PODERES (PARTE 2)


LAS VICTIMAS:
Las víctimas suelen ser niños de ambos sexos menores de un año. Pueden mostrar todo tipo de síntomas, incluyendo dolor abdominal, apnea, hemorragias, diabetes, diarrea, fiebre, infecciones, vómitos, taquicardia, fallo renal, ataques, pérdida de peso, etc. Suelen ser hospitalizados con frecuencia durante largos periodos de tiempo y llevados a urgencias a menudo. Dado que se trata de enfermedades inexistentes o provocadas por determinadas sustancias o manipulaciones, no suelen responder a los tratamientos médicos o muestran un curso inusual, con recurrencias e intensificaciones no esperadas. A veces, un patrón de síntomas atípicos en una determinada enfermedad puede dar una pista de que algo extraño está pasando.

La mortalidad de estos niños es del 9 - 10 %. Algunos investigadores afirman que muchos casos de muertes inexplicables, incluyendo casos de muerte súbita, podrían tratarse de asesinatos perpetrados por personas con SMP. Sin embargo, a la sociedad le cuesta mucho imaginar y aceptar que una madre o padre pudiera llegar a hacer algo así, de modo que muchos casos no se investigan lo suficiente, por lo que el diagnóstico de SMP no se establece hasta después de que el niño o niña ha sufrido muchas intervenciones médicas y pasado por numerosos hospitales. El hecho de que la madre cambien de médico y hospital con frecuencia, hace aún más difícil percatarse de lo que está sucediendo.


SIGNOS QUE PUEDEN INDICAR LA EXISTENCIA DE UN SÍNDROME DE MÜNCHAUSEN POR PODERES:
-Enfermedades inexplicables, raras y prolongadas que hace decir al médico que nunca había visto nada semejante.

-Síntomas y signos que son incongruentes o inesperados o aparecen solo en presencia de la madre.

-Tratamientos que resultan ineficaces o que el niño no tolera bien.

-Madres que afirman que sus hijos son alérgicos a gran cantidad de medicamentos y alimentos.

-Madres que no aparecen tan preocupadas como el personal médico por la enfermedad de su hijo/a.

-Síntomas que desaparecen cuando la madre está ausente.

-Una historia de muerte súbita o numerosas enfermedades en hermanos de la víctima.

-La madre empuja a los médicos a realizar numerosas pruebas y tratamientos.

-La salud general del niño es inconsistente con los resultados de laboratorio (que pueden haber sido falsificados o contaminados por la madre).

-Enfermedades que se agravan o reaparecen en cuanto los médicos informan de una recuperación.

TRATAMIENTO DEL SÍNDROME DE MÜNCHAUSEN POR PODERES:
Una vez reconocido el síndrome, es necesario proteger al niño y retirarlo del cuidado directo de la madre o padre, a quien se le debe ofrecer ayuda más que acusarlo.

Dado que esta es una forma de maltrato infantil, se debe notificar del síndrome a las autoridades. Lo más probable es que se recomiende terapia psiquiátrica para el progenitor involucrado. Sin embargo, dado que este trastorno es raro, se conoce muy poco sobre el tratamiento efectivo.

Pronóstico
Este es un trastorno difícil de tratar en los padres. Hay poca información disponible sobre los mejores tipos de tratamiento y el pronóstico. Generalmente, requiere años de apoyo psiquiátrico.

Los niños pueden requerir atención médica para tratar las lesiones infligidas por su progenitora, al igual que atención psiquiátrica para hacerle frente a la depresión, la ansiedad y otras afecciones que puedan ser provocadas por el maltrato infantil. Algunos niños pueden morir por infecciones u otras lesiones infligidas por padres que sufren el síndrome de Munchaussen por poderes.

Posibles complicaciones
El niño puede presentar complicaciones de lesiones, infecciones, medicamentos, cirugías o exámenes. El riesgo de complicaciones sicológicas como depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático y otros aumentan en los sobrevivientes del maltrato infantil.

Cuándo contactar a un profesional médico
El médico diagnostica esta afección cuando el niño ha sido sometido a tratamiento por diversos síntomas. Si siente ganas de causarle daño a su hijo, busque atención psiquiátrica de inmediato.

Prevención
La detección del síndrome de Munchausen en una relación padre-hijo puede evitar el maltrato continuado y los exámenes médicos innecesarios, costosos y posiblemente peligrosos.

SÍNDROME DE MÜNCHAUSEN POR PODERES


Consiste en que un progenitor, generalmente la madre, induzca enfermedades en su hijo o hija intencionada y deliberadamente, o proporcione a los médicos información falsa acerca de la salud de su hijo, inventando enfermedades o síntomas que su hijo no padece. Pueden inducir vómitos, provocar hemorragias, administrar sobredosis de fármacos, producir lesiones, inyectar sustancias nocivas o gérmenes, etc.

El nombre de síndrome de Munchausen por poderes (SMP) guarda relación con el trastornos llamado síndrome de Munchausen (SM), en el que una persona deliberadamente se provoca lesiones o enfermedades a sí misma con el fin de obtener atención y cuidados médicos. No lo hacen para obtener dinero u otros beneficios económicos, sino para asumir el papel de enfermo. En el síndrome de Munchausen por poderes, la finalidad es la misma: obtener la atención del personal sanitario, pero el daño se inflinge al propio hijo en vez de al propio cuerpo. En muchos casos, estas personas han padecido también un síndrome de Munchausen.

ORIGEN DEL NOMBRE
Aunque no es raro, este síndrome es difícil de descubrir y confirmar. En 1951, el Dr. Richard Asher usó el término “síndrome de Munchausen” para describir a adultos que se inventaban enfermedades para conseguir la atención médica, para adoptar el papel de enfermedad y recibir procedimientos médicos totalmente innecesarios así como tratamientos, pero sobre todo recibir la constante atención del personal médico y la fama y celebridad de padecer una enfermedad “rara” o desconocida.
El término fue acuñado en referencia al Barón de Münchhausen, que fue un mercenario militar de Munchhausen, una región de la Baja Sajonia, conocido por los cuentos de ficción y mentiras sobre fantásticos viajes. Roy Meadow acuñó el término el síndrome de Munchausen para describir a 2 madres que en 1977, mintieron respecto a síntomas que dijeron padecían sus dos niños, los cuales eran provocados por ellas mismas. Uno de los niños tenía una historia de afecciones respiratorias que se prolongó mucho tiempo, pasando de asfixia recurrente a la orina sangrienta, y el otro tenía una historia de hipernatremia (exceso de sodio en la sangre) recurrente.
El primer niño cuyos síntomas sólo ocurrieron en la presencia de su madre, mejoró durante el tratamiento psiquiátrico de la madre por su conducta abusiva. Los síntomas del segundo niño sólo ocurrieron en casa, y él murió como resultado de hipernatremia severa. En 1994, el médico informó que la madre del muchacho admitió a su psiquiatra que ella mató a su hijo con el envenenamiento de sal. Estos 2 casos subrayan la importancia de reconocimiento temprano del Síndrome de Munchausen por la gravedad de sus consecuencias.


CARACTERÍSTICAS DE LAS PERSONAS CON SÍNDROME DE MÜNCHAUSEN POR PODERES:
La mayoría de las personas con síndrome de Munchausen por Poderes son mujeres jóvenes casadas. Ante los demás se muestran como madres preocupadas por el bienestar de sus hijos y dedicadas a ellos, pero cuando están a solas muestran poco interés y apenas se relacionan con ellos. Tienen una necesidadmuy intensa de relacionarse con el personal médico y los hospitales y utilizan a su hijo para obtener este contacto. En el hospital se implican activamente en el cuidado del niño, no abandonan el hospital y suelen establecer buenas relaciones con el personal sanitario. A menudo, en el hospital se las encuentra más dedicadas a establecer relaciones con médicos y enfermeros u ofreciendo su apoyo a otras madres de niños hospitalizados, que ocupándose de sus hijos. Disfrutan formando parte de un ambiente cuyo objetivo principal es el cuidado de niños enfermos. Allí se sienten escuchadas y formando parte de algo. Rara vez reciben visitas del exterior, incluyendo al padre de estos niños, que apenas se implica en la salud de su hijo y suele permanecer ausente. Parecen no tener relaciones al margen de las que forman en el hospital. No es extraño oírlas escuchar historias de accidentes como incendios en sus casa, robos, etc., muchas veces extravagantes o exageradas, de gran dramatismo.

Cuando los médicos no creen lo que cuenta la madre, hará todo lo posible por hacer que la crean, intensificando los síntomas en su hijo, contaminando las muestras de sangre u orina, etc.

Las personas con SMP a menudo tienen un trastornos de personalidad límite o histriónico, una historia de trastornos por somatización, síndrome de Munchausen (SM), depresión. Casi todas tiene problemas en sus matrimonios. El 70 % ha sido víctima de abuso emocional y el 25 % ha sufrido abuso físico o sexual. El 55 % abusa de alcohol o drogas y el 60 % ha intentado suicidarse. El 71 % presenta trastornos de la alimentación. Muchas han vivido numerosas hospitalizaciones en la infancia. Se trata de personas que, por sus experiencias de rechazo y maltrato, han aprendido que sólo pueden obtener atención y cuidados de los demás cuando están enfermas o lo están sus hijos.



martes, 1 de enero de 2013

ERISIPELA y CELULITIS /CAUSAS Y TRATAMIENTO


Erisipela y celulitis son dos infecciones con características semejantes que se desarrollan cuando las bacterias sobrepasan la barrera de la piel, invadiendo e infectando los tejidos subcutáneos.

El término celulitis causa cierta confusión por designar dos enfermedades diferentes. Aquellas irregularidades en la piel por acumulación de líquido y grasa, que tanto atormentan a las mujeres, popularmente conocidas como celulitis, es en realidad llamada en medicina de hidrolipodistrofia ginoide.

En este artículo vamos a hablar de la celulitis, infección de la piel, que es una lesión semejante a la erisipela y que nada tiene que ver con la celulitis de la medicina estética.

¿Cómo ocurren las infecciones de la piel?

La piel es nuestro principal órgano de defensa. Es la piel la que mantiene nuestro medio interior aislado e impide que los gérmenes del medio externo invadan nuestro cuerpo.

Cualquier objeto o ser de la naturaleza se encuentra repleto de bacterias, virus, hongos y otros gérmenes en su superficie. Si no tuviésemos piel, nuestros órganos estarían en contacto directo con esos gérmenes y tendríamos infecciones de forma continua. Moriríamos de sepsis inmediatamente después de nacer y hace millares de años que estaríamos extinguidos. No es fortuito que todos los seres vivos tengan algún tipo de tejido que haga el papel de piel.

Si por un lado, el interior del cuerpo queda aislado de gérmenes; por otro, nuestra piel se encuentra repleta de estos. Cualquier material, sea orgánico o no, cuando es expuesto al ambiente, adquiere su carga de microbios.

Cuando abrimos una herida en la piel, por muy pequeña que sea, se da una ruptura en esa barrera de protección, exponiendo nuestro interior a los gérmenes del medio externo. Las infecciones más comunes son aquellas causadas por bacterias que viven naturalmente en nuestra piel y se aprovechan de cualquier lesión para invadir nuestros tejidos subcutáneos.

La erisipela y la celulitis son dos infecciones de origen bacteriano que afectan las capas interiores de la piel, aprovechando alguna lesión de la misma que sirve como puerta de entrada.

Por lo tanto, la erisipela y la celulitis son infecciones de las capas interiores de la piel. Si no se tratan adecuadamente, esas bacterias invasoras pueden migrar hacia otras regiones del cuerpo, como la corriente sanguínea y los órganos internos.

¿Cuál es la diferencia entre la erisipela y la celulitis?
 La gran diferencia entre la erisipela y la celulitis es el lugar donde la bacteria se aloja y causa la infección. En el caso de la erisipela, la infección se da en las capas más cercanas al exterior, afectando la epidermis y la capa más superficial de la dermis. En cambio, la celulitis es una infección más profunda, infectando el tejido grasoso en la hipodermis y la capa profunda de la dermis.

Síntomas de la erisipela y de la celulitis
Ambas lesiones son muy semejantes y, a veces, difíciles de ser distinguidas. Tanto la erisipela como la celulitis se presentan clínicamente como una infección de la piel, es decir, con rubor, calor local, intenso dolor y edema (hinchazón) en el lugar afectado.

Como la erisipela es una infección más superficial que la celulitis, algunas características ayudan en el diagnóstico diferencial. En la erisipela, la lesión suele presentar un discreto relieve y sus bordes son muy nítidos. Al examinar la piel es fácil saber en donde comienza y en donde termina la infección. La delimitación entre piel enferma y piel sana es clara.

La celulitis, debido a que afecta tejidos más profundos, no presenta señales tan claras en la piel. La lesión suele ser más difusa y no siempre es posible saber exactamente dónde comienza y dónde termina la infección.

En la erisipela, los síntomas sistémicos, como fiebre, sudores y escalofríos suelen aparecer precozmente, apenas surgen las primeras señales de infección en la piel. En la celulitis, el cuadro suele ser más demorado, apareciendo primero la lesión, y sólo después de algunos días la fiebre. Otros síntomas de la infección pueden ser pérdida del apetito, náuseas, vómitos, malestar, inapetencia y dolor de cabeza.

La erisipela suele ocurrir con más frecuencia en niños y ancianos; en cambio, la celulitis es más común en adultos de 50 años.
Los miembros inferiores son las partes más afectadas tanto en la erisipela como en la celulitis. Sin embargo, cualquier área de la piel puede ser afectada.
Curiosidad: la oreja es una parte que no posee tejidos subcutáneos, por lo tanto, una infección en esta región sólo puede ser erisipela.

En los cuadros más graves, la infección se torna más difusa y la distinción entre las dos enfermedades es más difícil. Algunas señales de gravedad incluyen la formación de ampollas, úlcera y necrosis de la piel. Cuadros graves con infecciones profundas pueden evolucionar hacia osteomielitis, que es la infección del hueso. Otra complicación es la endocarditis, infección de las válvulas del corazón por las bacterias que migran por la corriente sanguínea.

Si no son tratadas, la celulitis y la erisipela pueden evolucionar hacia una sepsis con elevado riesgo de muerte para el paciente.

Entre los factores de riesgo para la erisipela y la celulitis más comunes podemos citar :
- Cortes y heridas simples.
- Pie de atleta.
- Eczemas.
- Impétigo.
- Varicela u otras erupciones de la piel.
- Espinillas (acné).
- Picaduras de mosquito.
- Uñas encarnadas o cualquier otra lesión de la uña.
- Uso de drogas endovenosas.
- Quemaduras.
- Mordidas de animales.
- Implantación de piercings.

Además de las lesiones de la piel, existen otros factores asociados a un mayor riesgo de erisipela y celulitis:
- Obesidad.
- Diabetes.
- Uso de corticoides.
- Inmunosupresión.
- Pacientes con edema crónico (por cualquier causa).

¿Qué es lo que causa la erisipela y la celulitis?
Dos bacterias que viven en nuestra piel son responsables por más del 80% de los casos de celulitis y erisipela. Son el Streptococcus y el Staphylococcus. El Staphylococcus MRSA, una forma multirresistente de dicha bacteria, también puede causar infecciones en la piel. La erisipela suele ser causada por el Streptococcus, y la celulitis por el Staphylococcus. Esto, no obstante, no es una regla. Varias otras bacterias pueden ser responsables por el cuadro, incluyendo Haemophilus influenzae, Yersinia enterocolitica, Streptococcus pneumoniae, Klebsiella pneumoniae, Pasteurella multocida, Pseudomonas aeruginosa y Clostridium.

Tratamiento de la erisipela y de la celulitis
Por tratarse de infecciones bacterianas, el tratamiento contra esas dos infecciones debe realizarse con antibióticos. El régimen inicial debe incluir una droga que tenga acción sobre el Streptococcus y el Staphylococcus.

La elección entre antibióticos por vía oral o por vía venosa debe llevarse acabo de acuerdo con la gravedad del caso. Lesiones en el rostro, lesiones graves o en pacientes con inmunosupresión deben ser preferiblemente tratadas con drogas endovenosas.

El tiempo de tratamiento suele ser de 14 días.

Las drogas principalmente elegidas son las penicilinas y sus derivados. Algunas opciones incluyen la cefalexina, flucloxacilina, dicloxacilina, amoxicilina, oxacilina y cefalotina. Los alérgicos a la penicilina pueden ser tratados con eritromicina o clindamicina.

En los casos con sospecha de Staphylococcus MRSA (Staphylococcus resistente), el tratamiento debe llevarse a cabo con vancomicina por vía venosa.

El antibiótico correcto debe ser elegido por su médico y el régimen puede variar de región a región de acuerdo con el perfil de resistencia de las bacterias.

Además de los antibióticos, el reposo y la elevación del miembro afectado son importantes, pues ayudan a disminuir el edema y alivian el dolor.

En los casos de erisipela recurrente, en los cuales no se consigue controlar los factores de riesgo, puede indicarse un tratamiento profiláctico con una dosis de penicilina benzatina (benzetacil) todo el mes por varios meses.